Son las arrugas
de su cara,
las cicatrices
de sus manos.
Es en la tristeza plasmada
por la corrosión de los años.
Las alegrías pasadas,
de tus hijos,
ya la de tus nietos.
Son las lágrimas
en tus ojos tristes,
las manos ensangrentadas,
por las penas pasadas.
Parece que los años no pasan,
pero aquí estáis vosotros
envejeciendo como vuestra casa.
En tus ojos tristes
las lágrimas…
por las penas pasadas,
por la corrosión de los años.
©Juanje González